¡Hola a tod@! Ya estoy de vuelta ¡Por fin! Es que este mes ha sido una locura: entre mudanzas, la vuelta de Ibiza, mi operación de vista, etc., con tanto viaje y tantas cosas en la cabeza se me ha hecho imposible publicar. ¡Qué ganas de volver a la normalidad! Pues aquí estamos de nuevo con la pilas bien cargadas para haceos llegar todas mis locuras fashionistas y pasar un buen rato junt@s.
Para ser el primer post después de este parón, lo vamos a hacer por todo lo alto con un look "bodil" que sé que son los que más os gustan. Y es que cuando llega la época de bodas se enciende como un dispositivo en nuestra cabeza que lleva dormido todo el invierno, y que no para de repetirnos : "y ahora ¿qué me pongo yo para esta boda?, ¿qué me compro?, ¿qué puedo reciclar?, ¿dónde miro? (tranquila en octubre-noviembre el dispositivo se volverá a desconectar). Pues bien, en estas ocasiones en las que la búsqueda del look invitada perfecta se hace algo agonioso, porque lo que nos gusta es muy caro y lo que nos podemos permitir no nos hace mucho "tilín", cada vez recurro más al DIY (do it yourself), es decir, "hazlo tú mismo" y poder recrear la idea que llevo en mente, o la que mi madre y mi tía tienen en mente, que muchas veces suele coincidir como es este caso.
Yo quería una falda de vuelo y midi, tan midi, que quería que me tapase mucho más abajo de la rodilla, como esas faldas míticas de los años 50. A todas las midi que había visto en tienda le faltaban unos 5 o 6 centímetros de largo para mi gusto, para que tuviesen esa estética retro y para que queden más elegantes.Pues bien, tanto miré, tantas pegas le saqué a todo, que a días de la boda sin nada me encontré. Pero cual es mi sorpresa, cuando mi madre me dijo que tenía una tela de flores en la tienda muy bonita y perfecta para hacer una falda de este estilo. Dicho y hecho, un miércoles mi tía Manola hizo el patrón, la cortó, mi madre la cosió y cuando llegué el jueves de Madrid de ver la Voz, ya tenía falda. ¡En un suspiro! Y además que me estaba, como se dice en mi pueblo, "clavá". Pues nada, dobladillo, cremallera y lista para planchar. Es que el equipo "Manolas" es único. No sé que haría sin ellas.
Ya solo me faltaba la parte de arriba, y se me ocurrió este top crudo de Pull and Bear de hace un par de años, cuando empezaron a llevarse los top crops,que solo me lo había puesto en una ocasión, y me gustó mucho la combinación porque le da un toque de frescura al look perfecto para que no se vea demasiado tapado ni demasiado antiguo.
La falda ya tenía suficiente color como para meterle más, así que para los complementos recurrí a estas sandalias de color acero que me las pongo con todo (que buena compra hice) y a un clutch de color topo. En el calzado tuve dudas, porque me gustaba también como quedaba con unos salones tipo stilettos, pero se veían demasiado tapados para un look veraniego. Y como no iba a llevar tocado, unos pendientes vistosos, y listo. Ahora a disfrutar de una boda súper especial, cargada de emociones con unos novios encantadores que no se les escapó ni un detalle para hacernos pasar un gran día. Ya os enseñaré más fotos del día por instagram para que véais más detalle de todo. Desde aquí, muchas gracias Sonia y Seba, sois geniales. Os merecéis toda la felicidad del mundo.
Y creo que ya no tengo más nada que contaos. Cualquier duda o pregunta que tengáis podéis dejarla en los comentarios.Os dejo con las fotos. Besos.
photos by: Javier Martinez
Falda: Hecho a mano (handmade)
Top: Pull and Bear
Sandalias/sandals: Zara
Clutch: Manola
Pendientes/earrings: Suitblanco
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