Hola a tod@s!!!
Hoy os traigo un nuevo outfit post "bodil", y es que cada vez son más los novios que se animan a casarse en octubre, y muchas las invitadas que no saben qué ponerse, si de verano o de invierno.
En Quesada (Jaén), mi pueblo, para las que no lo sepáis, durante este mes la temperatura es muy variable. No hace calor, ni tampoco hace mucho frío, y esta variación de temperatura puede ser una "odisea" para las invitadas a la hora de elegir sus looks, sin espantar al tiempo. En este caso y como véis en las fotos, mezclé prendas de verano con otras de invierno.
Me decanté por un vestido asimétrico de estampado floral de Asos, muy primaveral y veraniego. El detalle de la manga voluptuosa lo hace muy especial por el vuelo que le da la gasa. Como la ceremonia se celebró en el Santuario de Tíscar (visita indispensable si visitáis la Sierra de Cazorla, Segura y las Villas), decidí echarme mi estola de pelo, ya que allí sopla viento frío de la Sierra. Y como buena andaluza, al celebrarse la boda de día, me puse un tocado de rafia beig con flor, pluma de gallo y pluma de faisán en fucsia. Lo encontré de casualidad en una tienda de un pueblo al lado del mío, y la verdad que no lo pude dejar allí.
Aunque es la primera vez que me ponía tocado, no dudé en ponerme uno bien grande, y es que favorecen muchísimo, siempre y cuando te lo coloques bien. A mi personalmente me gusta que tape ligeramente un ojo, creo que favorece mucho.
Y el peinado para colocar el tocado ya no podía ser más sencillo. Me arreglé el pelo con tenazas para definir el rizo y me hice una cola de caballo a media cabeza. Así, en el momento de quitarme el tocado solo tenía que soltarme el pelo y estar perfecta para la noche. ¿Qué os parece la idea?
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